What I want is so simple: Blood

lunes, 15 de febrero de 2010
A veces creo que realmente en el Mundo existe una fuerza suprema que hace que todo se equilibre.

La semana pasada la verdad es que no recuerdo muy bien cómo empezó, quizá mi cerebro decidió reprimir mis recuerdos, esos que no necesito y que no me aportan nada. Creo que estos días han sido buenos, he tenido mis altibajos, como siempre, pero el balance es bastante positivo.

Llevaba unos días sin ir a la Escuela, por vagancia y por el trabajo. Si un día no puedes ir por causas "inevitables", al siguiente ya no te apetece y al siguiente del siguiente tampoco, total, que puedes estar un tiempo bastante largo sin aparecer por allí pero, una vez que decides reunir toneladas de fuerza de voluntad, al final, consigues retomar las clases y te das cuenta de que te encanta ir y de que estás deseando que llegue la siguiente clase para poder evadirte de todo y aprender un poco más.

Cuando te dicen que te toca ir al día siguiente a otra provincia por temas de trabajo lo primero que piensas es "jou, ya me toca madrugar más mañana" pero no te das cuenta hasta que llegas allí que tendrás un día genial, conocerás a personas con las que te reirás mogollón y que te invitarán a almorzar cochinillo la próxima vez que vayas, que esperan que sea dentro de un par de semanas. Después comes donde hacía mil que no comías entre semana con gente a la que quieres y que echabas de menos, y vuelves a la oficina, te dan una mala contestación, te cabreas pero cuando llegas a casa, te das cuenta de que ha sido un día que recordarás por mucho tiempo.

Si al día siguiente te toca estar casi toda la mañana en la calle sabes que te helarás de frío, que te tocará chuparte más de un atasco y que llegarás más cansada a casa de lo habitual pero lo que no te esperas es que cada persona con la que tienes que hablar te dedique una sonrisa, te cuente un chiste, bromée contigo o incluso te regale una flor.

No sé, quizá puede que la gente sea más simpática conmigo de lo normal porque cada vez que me dirijo a alguien lo hago con una sonrisa en la cara, con los ojos llenos de esperanza por que esa sonrisa sea recíproca y, la mayoría de las veces, soy correspondida.

Puede que esta entrada no tenga sentido alguno para los que la lean, me da igual, lo tiene para mi y eso es más que suficiente.

Sé que llevo mucho tiempo sin actualizar, puede que sea la falta de ganas, de tiempo o simplemente que prefiero estar tumbada viendo cualquier anime antes que estar delante de otra pantalla de ordenador pero, ahora que tenemos portátil y hemos conseguido que el cutre-cacharro que nos compramos para crear un punto de acceso wifi para la nds funcione. Puede y digo puede y no prometo nada, que actualice más amenudo porque, eso de poder estar tirada en la cama hablando con mi hermano mientras él juega a cualquier videojuego y a la vez estoy en internet, me abre un mundo de posibilidades.

Hoy estoy contenta y soy feliz.