Existe en Malasaña, en la calle San Mateo 26, un curioso lugar llamado El Laberinto.
A El Laberinto la gente acude para pasar tardes y veladas jugando a juegos de mesa mientras se toma un refrigerio. Su oferta en juegos es muy amplia, puedes optar desde la Jenga al último juego mega-friki que haya podido salir al mercado. Una cosa es de agradecer y es que casi siempre tienen novedades por lo que no hace falta estancarse siempre en el Catán.
Otro punto a su favor es la carta que tienen con múltiples raciones, tostas y bocatas que, aunque no se salen de lo normal, están bastante buenas. Las copichuelas que te puedas tomar no son garrafón y tienen un precio moderadamente asequible para ser Malasaña aunque si lo que te apetece es un ColaCao o un café, más te vale que llegues antes de las 10 de la noche porque apagan la máquina.
No tienen música, lo que viene muy bien cuando tienes que gritar "ubongo" o discutir a qué personaje se decide matar en la partida.
El Laberinto también es un lugar de reunión no solo para gente que quiere echarse unas partidas a juegos de mesa, sino para gente que juega al rol, por lo que no es de extrañar que algún sábado por la noche te encuentres con algún grupo jugando o haciéndose fichas.
Aún con todo esto se le pueden sacar dos aspectos negativos.
El primero de ellos es que hay gente que, al no ser sus juegos, no tiene cuidado con ellos lo que a veces implica que cuando te prestan un juego te faltan fichas o las cartas están mugrientas.
El segundo es la actitud de los camareros que la gran mayoría de las veces es bastante cortante por lo que en vez de estar pasándotelo bien todo el rato, cuando se te acercan, debes estar alerta para saber qué contestarles a las bonitas palabras que te van a dirigir. He de decir que esto no sucede el 100% de las veces, pero si el 99,9%. También depende del momento, quizá cuando entres te saluden amablemente pero a la hora de pagar te suelten alguna de sus "gracietas" o puede que suceda al revés, nunca sabes lo que acaecerá en cuanto a la amabilidad de los camareros se refiere.
Recuerdo que cuando descubrimos El Laberinto siempre estaba lleno de gente y había que esperar para coger mesa, de hecho a no ser que llegases antes de las 9 no había sitio nunca, pero desde hace algún tiempo siempre hay 3 ó 4 mesas libres a cualquier hora...
A El Laberinto la gente acude para pasar tardes y veladas jugando a juegos de mesa mientras se toma un refrigerio. Su oferta en juegos es muy amplia, puedes optar desde la Jenga al último juego mega-friki que haya podido salir al mercado. Una cosa es de agradecer y es que casi siempre tienen novedades por lo que no hace falta estancarse siempre en el Catán.
Otro punto a su favor es la carta que tienen con múltiples raciones, tostas y bocatas que, aunque no se salen de lo normal, están bastante buenas. Las copichuelas que te puedas tomar no son garrafón y tienen un precio moderadamente asequible para ser Malasaña aunque si lo que te apetece es un ColaCao o un café, más te vale que llegues antes de las 10 de la noche porque apagan la máquina.
No tienen música, lo que viene muy bien cuando tienes que gritar "ubongo" o discutir a qué personaje se decide matar en la partida.
El Laberinto también es un lugar de reunión no solo para gente que quiere echarse unas partidas a juegos de mesa, sino para gente que juega al rol, por lo que no es de extrañar que algún sábado por la noche te encuentres con algún grupo jugando o haciéndose fichas.
Aún con todo esto se le pueden sacar dos aspectos negativos.
El primero de ellos es que hay gente que, al no ser sus juegos, no tiene cuidado con ellos lo que a veces implica que cuando te prestan un juego te faltan fichas o las cartas están mugrientas.
El segundo es la actitud de los camareros que la gran mayoría de las veces es bastante cortante por lo que en vez de estar pasándotelo bien todo el rato, cuando se te acercan, debes estar alerta para saber qué contestarles a las bonitas palabras que te van a dirigir. He de decir que esto no sucede el 100% de las veces, pero si el 99,9%. También depende del momento, quizá cuando entres te saluden amablemente pero a la hora de pagar te suelten alguna de sus "gracietas" o puede que suceda al revés, nunca sabes lo que acaecerá en cuanto a la amabilidad de los camareros se refiere.
Recuerdo que cuando descubrimos El Laberinto siempre estaba lleno de gente y había que esperar para coger mesa, de hecho a no ser que llegases antes de las 9 no había sitio nunca, pero desde hace algún tiempo siempre hay 3 ó 4 mesas libres a cualquier hora...
2 extraños comentarios:
El tercer punto malo es que siempre te dan el "Colons" malo :(
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Lo peor de los camareros es que su actitud no ayuda muchas veces y se sienten un poco Ristos: pueden criticar pero ojete con decirles algo.
Lo que tampoco podemos negar es que explican bien lo juegos, al menos el par de veces que los necesité siempre ayudaron (a su forma, pero bien).
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Un poco de "Offtopic" para anunciarte con pena que ha muerto Benedetti :( Solo espero que no te enteraras por mi :(
Sí, es cierto, los juegos los explican bien y no se lo tienes que pedir 20 veces...
Tranquilo, no me enteré por ti, fue esta mañana mientras desayunaba, habían hecho un especial en Los Desayunos de La 1.
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