Hoy en el metro un hombre se acercó a mi para entablar conversación. Aquel hombre solitario empezó a hablar de cosas sin importancia, del tiempo y otras cosas. Intenté ser amable y agradable, pero me empezó a doler la cabeza a causa de su banalidad. Apenas me di cuenta de lo que sucedía, pero de repente le vomité encima. No le hizo gracia, pero no pude evitar reírme.
Gran libro, gran película.
1 extraños comentarios:
Sí, sí, sí, sí.
Y grande Kevin Spacey.
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