Pensamiento del 21 de Enero de 2010

jueves, 21 de enero de 2010
¿Qué pasaría si me ofrecieran un trabajo relacionado con la Química en Aravaca?

¿Lo malo?
Tendría que coger dos tipos de transporte público para llegar a mi trabajo. Primero tendría que ir andando hasta el Metro como hago todas las mañanas, después tendría que coger la Línea 10 e ir hasta Moncloa donde tendría que esperar a que un autobús me llevara hasta Aravaca. La vuelta a casa sería, lógicamente, seguir el recorrido en sentido contrario. Lo que no me llama para nada la atención es tener que esperar a un autobús a la intemperie porque en invierno me cogería más de un constipado y los días de lluvia (mis días preferidos, por otra parte) sería feliz esperándolo pero sé que acabaría calada hasta los huesos.

¿Lo peor?
Seguramente tardase más tiempo en llegar hasta mi currele del que invierto actualmente, lo que implica una de las cosas que menos me gusta hacer: madrugar. Soy una marmota, no puedo remediarlo, me he pasado todas mis vacaciones durmiendo todo lo que podía y más.

¿Lo bueno?
Si entrase a currar a las 9 iríamos todos los días juntos hasta allí, Aunque no trabajásemos en el mismo centro empresarial no estaría nada mal poder pasar algo de tiempo entre semana con él, porque últimamente no nos vemos tanto como quisiéramos.

¿Lo mejor?
Que esa empresa se dedique a la Química sería lo que más me gustaría ahora mismos. Poder llevar mi bata de laboratorio con mil y una manchas de compuestos Químicos que mi madre se empañaría en lavar con todos los detergentes habidos y por haber con el mismo resultado: las manchas seguirían ahí. ¡Cómo me gusta mi bata con sus manchas de hidróxido de potasio por toda la parte de delante! Las gafas de seguridad que tanto odiaba ponerme seguro que me terminan también por gustar, claro que tendría unas más molonas que las de ahora, si no me las diesen allí, ya me encargaría yo de conseguirlas por otro lado. También volvería a tener las manos resecas y destrozadas por el talco que llevan los guantes, pero es solo un pequeño precio que hay que pagar para poder estar todo el día oliendo éteres y fenoles.

¿Cómo eliminamos los aspectos negativos?
Es fácil, comprándome un coche. Ahora mismo no me lo planteo seriamente porque entre semana lo tendría aparcado en el barrio muerto de risa, aunque seguramente los fines de semana haríamos muchas escapadas.

¿Existe realmente esa empresa?
De momento no.

0 extraños comentarios: